Se nos va un año. Un año lleno de dolores, lleno de risas, lleno de amor, lleno de nuevas personas, alegrías, tristezas, carcajadas, lágrimas, golpes, malas noticias, y demás.

Ya nada me importa, fue un año más. Un año más de mi vida repleto de errores sin enseñanzas. Ya nada me importa si estoy confundida. 

La confusión, odio estar así, en este maldito estado. Lo único que realmente quiero es aislarme del mundo, quiero estar sola, quiero dejar de lastimar a las personas que me rodean, quiero hacer el bien, pero...¿cómo? Estoy tan sola. Ya nadie me ayuda, vivo haciendo las cosas mal y luego no me atengo a las jodidas consecuencias. Ya no tengo inspiración, perdí esa chispa que poseía. Perdí las ganas. ¡ESO, ES ESO! Perdí las ganas de vivir. 

Porque toda mi vida se basa en una puta monotonía. Ir al colegio, rendir las materias, volver, escribir, seguir estudiando, escuchar música, llorar, dormir y luego volver a despertarme para el colegio. ¡Quiero cambiar! ¡Quiero que todo cambie! ¡No quiero vivir más así! Y si me vida se va a basar en eso por mucho tiempo, directamente ya no quiero vivir con esto.

No quiero vivir sin tí, no quiero que algo muera en mí, sabiendo que mi vida sigue.